Garantías y prevención

El presidente del Gobierno, D. José Luis Rodríguez Zapatero,  declaró hace unos días que el Ejecutivo llevará al Parlamento la reforma de la Ley del Aborto “en los términos que ya son conocidos”; y añadió que la nueva ley será “una ley con más garantías para las mujeres y más prevención frente a los embarazos no deseados”.
Supongo que la palabra “garantía”, usada en ese contexto, significa “cosa que ofrece seguridad o protección” a las mujeres; y que la palabra “prevención” indica “precaución que se toma para evitar un riesgo” o proximidad de daño para ellas.

Garantías y prevención: palabras llenas de promesas, y, sin embargo, yo sólo he sentido amargura en el alma al escucharlas.

No entiendo cómo el aborto puede ser considerado una forma de prevención de embarazos: ¡Será cosa de lógica política!

Se nos ha dicho que la ley quiere ofrecer protección a las mujeres, pero no se dice de quién o de qué se las quiere proteger. Yo espero, deseo y pido que leyes civiles y actitudes personales defiendan a la mujer contra la explotación sexual, la amparen contra la violencia del más fuerte, la protejan contra la desigualdad en oportunidades y derechos. Temo, sin embargo, que el legislador escatime de hecho a la mujer esas garantías debidas y necesarias, y la distraiga con la ilusión de defenderla contra sus propios hijos. Porque de ellos se trata, de los hijos, aunque para engatusar y distraer la atención escondamos la palabra «hijo» en la chistera de los “embarazos no deseados”. No se engañe, señor presidente: las mujeres no le han pedido protección contra sus hijos, y mucho menos que las ayude a deshacerse de ellos. Piden ayuda para tenerlos, para crecerlos dignamente, para educarlos, para amarlos. No las ponga en el camino de recordar con lágrimas al hijo que hubieran arrullado con ternura y crecido con orgullo.

Julio de 2009.


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