Fotografías... y palabras

El correo electrónico me trajo fotografías, muchas, todas impactantes, como si alguien hubiese querido confiar a mi memoria el miedo, el dolor, la soledad, el terror, la muerte, que miran desde los ojos de las víctimas.

Con las fotos venían unas palabras de acompañamiento que sentí hirientes como un puñado de arena en los ojos abiertos: “cabrones”,  “genocidas”, “asesinos de niños”. Luego se expresaba un deseo, el del mal absoluto, para quienes tanto mal habían causado: “iros al infierno”.

Los proyectiles matan. Detrás de cada proyectil hay una mano. Detrás de la mano, una voluntad. Detrás de una voluntad, una idea. Detrás de la idea hay palabras, que bien pudieran ser: “cabrones”,  “genocidas”, “asesinos de niños”; “iros al infierno”.

Esas palabras, pronunciadas hoy, mañana caerán como metralla sobre otras víctimas, y alguien me enviará otras fotografías.

Enero de 2009.