Al mundo le han robado el alma

Se habla de crisis, de entidades financieras intervenidas, de dinero, de muchísimo dinero que se ha de inyectar en las venas del sistema financiero para evitar un colapso generalizado del enfermo. Se habla de recapitalización de cajas, de reducción en los sueldos y bonificaciones de grandes directivos de grandes compañías.

Los grandes de la tierra hablan de cosas grandes, deciden a lo grande y deciden por todos, aunque los grandes sean sólo unos pocos – ¿G-8, G-20? -, que nunca en su vida han experimentado lo que es el hambre.

Expertos en hambre son los millones de pobres que nada deciden.

Ni se me ocurre opinar sobre finanzas, pues en materia de tantos ceros soy sólo uno y a la izquierda, lugar donde el cero no cuenta, aunque allí sea de casa el corazón.

Pero es precisamente el corazón el que se pone rebelde y va de loco por los caminos repitiendo su cantinela: Al mundo le han robado el alma y lo animan con dinero”.

Julio de 2009.





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